Los exiliados románticos
Los exiliados románticos
Jonás Trueba
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Drama
2015
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70min
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Tres amigos deciden emprender un viaje sin motivo aparente, buscando el encuentro de amores idílicos y a la vez efímeros, con la única misión de sorprenderse a sí mismos y seguir sintiéndose vivos.

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Sinopsis

Si “Los exiliados románticos” no fuera un gran título, el tercer largometraje de Jonás Trueba bien podría llamarse “En defensa de las cartas de amor”. Y es que no es buena época para los románticos y para volver a algo auténtico, es necesario moverse. Hacia delante en el espacio y hacia atrás en el tiempo. Salirse y volver, digamos. A aquellos que fuimos y que tenemos la esperanza de seguir siendo en un rincón de nuestros corazones.
En el film de Trueba, el movimiento hacia delante es un viaje de tres amigos. El motivo: ninguno que se pueda o quiera explicitar. Probablemente sea asir, todavía por un momento, la juventud. Quizás abrazar amores idílicos, por efímeros que puedan ser. Irse para que lo que amenaza con fijarse para siempre, no se asiente todavía. La carretera –este tópico del cine y la literatura– será por siempre el lugar de la libertad y lo indeterminado. Lo mismo quizás pueda decirse del cine de Jonás Trueba, que se atreve a beber de la mejor tradición del cine europeo sin un atisbo de ironía –esa peste de la cultura contemporánea–. Trueba parece querer probar que todavía se puede decir lo que se dice, con toda seriedad, a pesar de que otros lo hayan dicho antes, sin guiños autoconscientes, sin ironía y –por supuesto, en la medida que toda defensa es una resistencia– contra el cinismo.

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