Desfile 50º Aniversario de la República de Parva Domus Magna Quies
Desfile 50º Aniversario de la República de Parva Domus Magna Quies
Casa Pablo Ferrando
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Archivo fílmico
1927
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13min
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Ciudadanos de la Parva Domus en el desfile que realizaron el 25 de agosto de 1927 en los alrededores de la República.

Restringido para esta región.
Sinopsis

A fines del siglo XIX en Punta Carretas había un faro, un vertedero de basura (¡donde está ahora el club de golf!) y la estación del tranvía del Este. Pero también había mucha pesca y de la buena. Hacia allí se dirigían los aficionados a este deporte, pero en el caso de Pepe Achinelli todo lo bueno que tenía ese punto llamado “el pesquero de los viejos”, era arruinado por la dificultad de tener que cargar los aparejos de pesca en el tranvía tirado por caballos hasta ese punto del territorio montevideano, que por entonces era remoto.

En “La Tribuna Popular” del 25 de agosto de 1892 , Eduardo Ferreira, con el seudónimo de Teógenes Aldegundis, describía de este modo aquel sitio: “Por aquel entonces, Punta Carretas, uno de los actuales paseos domingueros concurridos, no tenía más importancia que la que podía darle la Estación del Tranvía del Este, cuyas venerables ruinas se conservan aún en el mismo sitio, ni más edificios que el citado, una casa de material a corta distancia de éste, ocupada por un almacén de comestibles, y un casuchín tan largo como angosto y habitado por unas cuantas familias pobres. La playa, con una arena blanca y fina, su perspectiva siempre hermosa y su farola destacándose sobre las rocas de Punta Brava, atraía, sin embargo, alguna gente, pescadora toda, y tenía ya cierta fama de ser una de las mejores y más cercanas pesquerías que se conocían.”

En 1878 ese “casuchín” sería el que vendría a resolver los problemas de Achinelli, cuando, según su testimonio, en esa “cuchilla donde cardos y abrojos crecían en amigable consorcio con tréboles y gramilla” alquiló uno de los muchos cuartuchos “construidos hacía tantos años que nadie podía recordar, con piso de terrón que formaban deliciosos montículos, que más parecían erupciones, paredes agrietadas, revoques a la miseria y en cuanto a los techos; algunos los tenían y otros no, lo cual evitaba la incomodidad de tener que salir para disfrutar de una noche estrellada”. Pero ese cuartucho que en principio tenía como cometido dejar “cacharpas y poder cocinar un pucherete” se transformó en la semilla de una de las primeras micro-naciones de la historia y, sin lugar a dudas, la más longeva: la República de Parva Domus Magna Quies fundada por Achinelli y sus amigos. Fue uno de esos amigos, Juan Riva-Zuchelli el que se avino a darle nombre, ya que estaba leyendo una novela de Alphonse Daudet llamada Jack en la que la madre del protagonista sueña con tener una casa en las afueras de París y grabarle el lema “Parva domus, magna quies” (“Pequeña casa, gran reposo”) sobre la puerta.

Con esa camaradería y el lema pintado con un carbón sobre la puerta de la casucha empezó todo, solo que nadie imaginó que se transformaría en una broma que duraría más de 140 años y mucho menos que serían más de 800.000 los ciudadanos que se sumarían a ella, aunque siguiendo los estatutos nunca se sobrepasaron los 250 simultáneos.

Algunos de esos ciudadanos de la Parva Domus son los que vemos en las imágenes en el desfile que realizaron el 25 de agosto de 1927 en los alrededores de la República, donde también pueden verse algunas cachilas que en aquel momento sencillamente eran elegantes automóviles último modelo. La cámara capta al fundador, Achinelli y también al “Presidente de la República”, Noveri, cuyo “Vicepresidente” es Arana (otro Arana). Está el “Secretario Perpetuo”, Gómez Marín y el “Juez de Instrucción”, Andreu. También el “Gran Sacerdote”, Trucillo, aunque la religión oficial de Parva Domus sea la alegría. Y a Alegría es la estatua junto a la que se inicia el desfile, dentro de los jardines de la mansión, donde revistan los dignatarios y sus escoltas. Allí están también los Ministros (de Gobierno, de Hacienda, de Guerra, de Instrucción Pública, de Fomento), pero también el “Poeta”, el “Orador Oficial”, el “Mariscal” y hasta el “Confitero”. Más de 90 años han pasado desde la celebración de aquel cincuentenario y la República de Parva Domus sigue reclamando a Uruguay, a la que llaman “la República de al lado”, una salida al mar, aunque calculen que el precio de los terrenos a esa altura de Bulevar Artigas, vuelven al reclamo harto improbable. Sin embargo, no todo ha sido fracaso en sus relaciones con el país que los rodea: en 1921, el nomenclátor montevideano bautizó con el nombre de la pequeña nación a una de las calles que delimita a esta República que reclama su soberanía. Lo que, bien mirado, es casi casi, un tácito reconocimiento.

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Año: 1927
Duración: 13 min
Idioma: Español