Con una cámara movediza y un atractivo espíritu hooligan, el director Ken Loach logra un cuadro social de estancamiento y desempleo, pero esta vez con importantes dosis de humor y un encanto singular.
Robbie, joven padre de familia de un barrio marginal de Glasgow, trae un pasado delictivo a cuestas del que le cuesta escapar. Él y su grupo de amigos provienen de familias desestructuradas, problemas de alcoholismo y una vida al margen. Detenido junto a otros por robar, le son asignados trabajos comunitarios así como un tutor que los introduce a él y a sus pares en el mundo de las destilerías. Robbie descubre y destapa un talento innato para la cata de whisky, pero su condición de marginal y su educación delictiva lo lleva a vacilar entre la tentación de la estafa o el camino de la superación profesional. Con una cámara movediza y un atractivo espíritu hooligan, el director Ken Loach logra un cuadro social de estancamiento y desempleo, pero esta vez con importantes dosis de humor y un encanto singular. Un notable reparto y una brillante dirección de actores propician un relato creíble y emotivo.